martes, mayo 20, 2025
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Marruecos apuesta por la alta velocidad para transformar su turismo

Marruecos ha dado un paso decisivo hacia la modernización de su red de transporte y la consolidación de su posicionamiento como destino turístico de primer orden, con el inicio de las obras de la nueva Línea de Alta Velocidad (LAV) Kenitra–Marrakech. Este ambicioso proyecto ferroviario, inaugurado oficialmente por el rey Mohammed VI, representa un hito en la estrategia de desarrollo territorial del país y promete generar un impacto económico, social y turístico sin precedentes.

La nueva infraestructura permitirá unir el norte y el sur del reino alauí con tiempos de viaje significativamente reducidos. Con la futura línea, los trayectos entre las principales ciudades del país experimentarán mejoras sustanciales: solo una hora entre Tánger y Rabat; una hora y 15 minutos entre Casablanca y Marrakech; una hora y 40 minutos tanto entre Tánger y Casablanca como entre Rabat y Marrakech; y dos horas y 40 minutos entre Tánger y Marrakech. Esta última conexión supone un ahorro superior a las dos horas respecto al tiempo actual, lo que transformará radicalmente la movilidad dentro del país y facilitará el acceso a sus principales enclaves turísticos.

Además, el proyecto contempla un servicio rápido de 35 minutos entre Rabat y el aeropuerto internacional de Casablanca, lo que reforzará la conectividad aérea y beneficiará, entre otros, al futuro estadio de Bensliman, actualmente en fase de planificación. También está en desarrollo una conexión directa de alta velocidad entre Fez y Marrakech, dos de los destinos culturales más emblemáticos del país, con un tiempo de viaje estimado de tres horas y 40 minutos.

Esta nueva etapa en la expansión ferroviaria marroquí se apoya en la experiencia positiva de la línea de alta velocidad ya operativa entre Tánger y Casablanca, inaugurada en 2018 y considerada la primera de su tipo en el continente africano. El éxito de aquella infraestructura ha sentado las bases para extender la red, integrando aún más el territorio nacional y conectando centros urbanos estratégicos que representan más del 67 % del Producto Interno Bruto del país.

El impacto de la LAV Kenitra–Marrakech va más allá del transporte. Se prevé la creación de miles de empleos directos e indirectos, tanto en la fase de construcción como en su operación, así como una revitalización de diversos sectores económicos, especialmente la industria, los servicios y el turismo. La nueva línea facilitará la movilidad de turistas nacionales e internacionales, al tiempo que contribuirá a descongestionar las carreteras y reducir la huella de carbono mediante un transporte más sostenible y eficiente.

En términos turísticos, la conexión directa entre Tánger —puerta marítima del país y uno de sus principales puertos internacionales— y Marrakech —ciudad emblemática y corazón cultural del sur de Marruecos— marca un antes y un después. Esta unión refuerza la integración entre dos polos turísticos clave y permite una circulación más fluida de viajeros, ampliando las posibilidades de itinerarios combinados y estancias prolongadas.

La alta velocidad marroquí también se alinea con las metas del Plan Nacional de Desarrollo Turístico, que busca diversificar la oferta, mejorar la calidad de los servicios y posicionar al país como un hub de conectividad en el norte de África. Con este proyecto, Marruecos se acerca a ese objetivo, proyectando una imagen de modernidad, dinamismo y compromiso con la innovación en infraestructuras.

Este nuevo impulso ferroviario no solo fortalece el tejido económico del país, sino que consolida a Marruecos como uno de los líderes africanos en materia de movilidad sostenible, desarrollo regional equilibrado y aprovechamiento turístico del patrimonio nacional. En definitiva, la alta velocidad se perfila como una herramienta clave para el futuro del turismo marroquí, al servicio de una visión ambiciosa de progreso y apertura al mundo.

Publicado en Tourism And Society.

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