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jueves, marzo 28, 2024

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VENGA, EMBRIÁGUESE Y CONTAMINE, ATTE: GADs

Por Guido Calderón

Es difícil determinar el modelo turístico de una ciudad, región o país. En muchos casos el modelo se construyó como Disneylandia, o fue motivado por un atractivo geográfico como las Cataratas del Niágara, o milenarias ruinas arqueológicas como Egipto que son obligatorias de conocerse.

España tiene en las islas Canarias un turismo todo incluido de sol, playa y borrachera, pero esto último ya pesa demasiado en los costos adicionales y vergonzosos, que implica tener como principales clientes a miles de ingleses ebrios, así que exigen una legislación que frene a este molestoso visitante, que encuentra en el exceso de alcohol su  “diversión”, concepto diferente en cada región del planeta, pero que con la globalización, las marcas están convenciendo a los jóvenes que divertirse es embrutecerse con esta droga legal.

En Ecuador son pocos los sitios que realmente son turísticos porque tienen las condiciones ideales, tal como Cuenca con su centro histórico, alta gastronomía y una cultura urbana que la diferencia del resto del país. Lo mismo podemos decir del centro de Quito y de una parte muy específica de Guayaquil, que tienen el aditivo de las compras.

Cada capital de provincia tiene un centro histórico valioso, pero no turístico. Riobamba es hermosa pero sus servicios son escasos, cierran temprano y los impuestos municipales a la Operación Turística son de los más altos del país. La Sultana de los Andes no logrará convertirse en un destino turístico a pesar de estar rodeada de nevados y ser custodia del punto más cercano al sol, que es la cumbre del Chimborazo. Otras ciudades andinas tienen las mismas limitantes, aunque los ahí nacidos creen -con mucha razón- que la belleza de su tierra es inigualable, lo cual es cierto, pero el turismo va más allá de la belleza, concepto también muy subjetivo.

Todos los Municipios de Ecuador invierten en turismo a pesar que muchos nunca serán turísticos, no por falta de atractivos, sino de normativas que incentiven buenos servicios más allá de hoteles y restaurantes baratos.

Baños es una ciudad donde su geografía se adaptó a la prestación de servicios turísticos con abundancia de oferta en poco espacio y su gente desarrolló una cultura de servicio y de emprendimiento que siempre reinventa el destino. Es un caso excepcional al que se suma Montañita y Otavalo.

Dado que es muy difícil y largo en el tiempo, educar a una población para sea trabajadora, emprendedora y amable; que tenga las calles, casas y veredas aseadas; que los conductores respeten al peatón y se controle la criminalidad; una gran mayoría de Municipios invierten fuertes sumas de dinero en “atraer” al turista con artistas gratuitos y trago barato en exceso.

Ahora el turismo en Ecuador se mide por los miles de borrachos que llegan a una ciudad a ensuciarla con orines, heces y basura en sus calles. Salinas fue un ejemplo de miles de delincuentes ambientales que dejaron su playa hecha una porqueriza; y ese es el modelo a seguir, es lo que indican los programas de Carnaval de muchas ciudades, donde las insanas marcas licoreras son la gran atracción para los borrachines no para los turistas. /Guido Calderón.

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