Unas nos recuerdan a palacios, otras a castillos, incluso algunas parecen naves espaciales, pero todas son impresionantes por su belleza arquitectónica.
Una de las razones por las que nos gusta viajar en tren es porque a veces te reciben a lo grande, en estaciones que bien podrían ser un palacio, un jardín o, incluso, una nave espacial. Los castillos de las corrientes de aire, así llamaba el poeta Jacques Réda a las dos estaciones de ferrocarril que convivían en el parisino barrio de Saint Martin. Y así vamos a imaginar nosotros este recorrido por las estaciones de tren más bonitas del mundo, como un viaje por castillos de corrientes de aire.
1.Grand Central Terminal, Nueva York (Estados Unidos)
Quizá sea la estación más famosa del mundo y para muchos la más bonita. Se ha llegado a decir que en su hall hay días en los que son más los turistas que pasan por él que los que van a subirse a un tren. Lo cierto es que su techo estrellado, que curiosamente representa las constelaciones vistas desde el cielo y no desde la tierra por error, y su fachada Beaux Arts, con Minerva, Hércules y Mercurio cuidando de ella, levantan pasiones.
En 1968 estuvieron a punto de demolerla para levantar un nuevo rascacielos en Nueva York, pero por suerte la ola ciudadana que se organizó en su defensa capitaneada por Jacqueline Kennedy Onassis y el arquitecto Philip Johnson consiguió salvarla (en 2013 cumplió 100 años).
En su interior se han rodado memorables secuencias cinematográficas, pero si tuviéramos que elegir una, nos quedaríamos con Cary Grant deslizándose por su hall en Con la muerte en los talones, de Alfred Hitchcock.
.jpg)
2.Estación Chhatrapati Shivaji, Bombay (India)
Bombay tiene un palacio gótico por estación de trenes. Inaugurada en 1887 como Victoria Terminal en honor de la reina Victoria, emperatriz de la India en ese momento, su nombre tornó al de Chhatrapati Shivaji en 1996, bajo una iniciativa gubernamental que quería rebautizar con nombres indios todos los monumentos de origen británico del país.
Su perfil, ideado por el arquitecto Fredrick Williams Stevens e inspirado por el mundo medieval europeo, en un revival típicamente victoriano, y con algún que otro toque indio, impera sobre el bullicio de la ciudad como un gigante al que los años le sientan bien. La Unesco, sabedora de lo que es bueno, decidió incluirla en su lista de sitios Patrimonio de la Humanidad.
.jpg)
3.Los Angeles Union Station, Los Ángeles (Estados Unidos)
Con sus paredes encaladas y su gran torre parece más una iglesia que una estación, pero la Union Station de Los Ángeles es toda una institución en lo que a estaciones de trenes se refiere.
A pesar de su gran tamaño, es pequeña comparada con otras estaciones del país. El grupo de arquitectos que se encargó de levantarla en 1939 lo hizo en un revival de estilos, como el colonial holandés o el Streamline Modern, lo que le otorgó al edificio un aire desenfadado con suelos de terracota y mármol travertino y dos patios ajardinados a ambos lados de la sala de espera.
La estación, como no podía ser de otro modo estando en la ciudad del cine, ha sido usada como localización en multitud de películas, tales como Pearl Harbor, Speed o Blade Runner.
4.Estación de St. Pancras, Londres (Reino Unido)
Cabecera de los trenes Eurostar desde 2007, la estación de St. Pancras es uno de esos monumentales edificios a los que ha sido tan dada la ciudad de Londres. Fue construida en 1868 para conectar con la capital las Midlands del Este y Yorkshire y se hizo con todos los avances técnicos que la Revolución Industrial ofrecía.
Ladrillo y hechuras neogóticas le dieron a la ciudad un gigante a modo de estación, al que en 1873 se le unió un hotel a continuación, el Midland Grand Hotel, en funcionamiento hasta 1935. Hasta 2011 las estancias del hotel permanecieron vacías, algunas de ellas fueron reutilizadas como oficinas a lo sumo, por lo que pasaron a ser conocidas como ‘las cámaras de St. Pancras’. Sin embargo, un nuevo proyecto recuperó esa parte del edificio y hoy se puede volver a dormir pegados a la estación, en el flamante St. Pancras Renaissance London Hotel.
Como dato anecdótico, en mayo de 1941, en uno de los intensos borbardeos alemanes que asediaron Londres durante la II Guerra Mundial, la estación fue alcanzada por una bomba que puso patas arriba algunas de las vías que llegaban hasta ella, por suerte el edificio no sufrió grandes daños.
5.Estación de Porto de São Bento, Oporto (Portugal)
Las estación de Porto de São Bento de Oporto es como un cofre del tesoro. En su interior guarda 20.000 delicados azulejos abonados al azul y al blanco, uno de los imprescindibles de Portugal. La estrella más rutilante de la azulejería portuguesa, Jorge Colaço, puso su mente a trabajar en 1906 para recubrir las paredes de la estación de trenes que llevara el siglo XX a la ciudad.
La entrada en Oporto del rey Jõao I junto a su esposa Philippa de Lancaster en 1387 o la conquista de Ceuta en 1415 son los episodios nacionales que el artista eligió para decorar el vestíbulo, a los que se añadió un friso de colores dedicado a la historia del transporte en Portugal.
Algunas curiosidades: recibió el nombre de la iglesia São Bento de Ave María que se alzaba en el solar que ocupó la estación y, pese a que el primer tren llegó en el año 1896, no fue hasta 1916 cuando la estación se inauguró oficialmente. Ya se sabe, a veces las cosas de los ferroviarios van despacio.
.jpg)
6.Estación de Atocha, Madrid (España)
La estación de Atocha fue construida al más puro estilo continental, en hierro forjado como las grandes Gares de París, con un tamaño mayor al de muchas estaciones europeas. En 1892 se inaugura con el nombre de Estación de Mediodía y desde entonces no para de crecer. Durante la Guerra Civil fue un objetivo militar de primer orden, aunque su bonito perfil no llegó a sufrir nunca daños irreparables. Con la llegada de la Alta Velocidad en 1992, el complejo experimentó una reforma integral, alcanzando su aspecto actual.
Es curioso, una vez dentro de ella, encontrarse con un jardín tropical, también es cierto que siempre ha tenido pinta de invernadero. Es precisamente su pequeño vergel el que la ha hecho célebre entre los amantes de las estaciones de tren y para nosotros una de las 100 cosas que más nos gustan de Madrid.
7.Gare du Nord, París (Francia)
Inspirándose en el esquema clásico de las termas romanas, J. Hittorff levantó entre 1842 y 1865 la Gare du Nord de París, en la que destaca su fachada monumental adornada con nueve estatuas que simbolizan las ciudades que conectaban con la red ferroviaria de la estación. Hoy habría que sumarle una décima, Londres, pues esta es la puerta de entrada del Eurostar, tren que une las dos capitales a través del túnel que atraviesa el canal de la Mancha.
8.Estación Central Amberes, Amberes (Bélgica)
El arquitecto Luis Delacenserie debería ser considerado como un héroe en Bélgica, pues gracias a él, Amberes tiene una de las estaciones más bonitas del mundo. Una explosión de Beaux Arts recubre toda la estación, desde su magnífica sala de espera a su imponente fachada, pasando por ese arco monumental que da la bienvenida a los pasajeros nada más bajarse del tren. Levantada en 1905 como parte final de la línea Bruselas-Malinas-Amberes, hoy sigue dando servicio como entrada vial a la ciudad.
9.Union Station, Washington (Estados Unidos)
Efectismo patriótico. Barras y estrellas sobre impoluto mármol es lo que podemos encontrar en la estación de trenes de Washington, levantada en 1907 para unir la capital con las líneas de Baltimore y Ohio.
El arquitecto Daniel H. Burnham se inspiró en la arquitectura clásica para el diseño de Union Station, en la misma línea que los edificios oficiales de Washington. Así, el Arco del Triunfo de Constantino fue el ejemplo para su entrada monumental o las Termas de Diocleciano para el hall interior, de 96 metros de alto y decorado con esculturas alegóricas al más puro estilo Beaux Arts.
10.Estación Internacional de Canfranc, Huesca (España)
En Canfrac, cerca de la frontera con Francia, el rey Alfonso XIII junto al presidente de la República Francesa, Gaston Doumergue, inauguraron la gran estación de espíritu internacional que uniría los dos países por los Pirineos. Durante la II Guerra Mundial el tráfico de viajeros quedó cerrado en su línea internacional, llegando a ser controlada por el ejercito nazi cuando este ocupó Francia.
11.Estación de Sirkeci, Estambul (Turquía)
Poco queda de aquella época dorada en la que los trenes surcaban Europa cargados de turistas adinerados que deseaban descansar (y moverse al mismo tiempo) en lujosos compartimentos como los del Orient Express, que conectaba París con Constantinopla. Pero si nos fijamos bien, aún podemos encontrar muestras de aquellas destacadas rutas ferroviarias que cambiaron para siempre la manera de viajar de todo un continente. Una de ellas es la estación de Sirkeci, en Estambul, diseñada –con algún que otro toque otomano– por el arquitecto prusiano August Jasmund e inaugurada en 1888 durante el reinado del sultán Abdülhamid II.
12.Estación de King’s Cross, Londres (Reino Unido)
En 1852 se levantó en el mismo lugar que ocupaba un hospital de fiebres y viruela la estación de King’s Cross, que iba a operar con los destinos de la costa este y el noroeste del país. Su perfil de ladrillo y hierro se ha transformado en parte con la ampliación iniciada en 2005 y que le ha dado un hall futurista con una cascada de hierro.
El edificio linda con la estación de tren de St. Pancras, y es tal su cercanía que puede llegar a considerarse que ambas forman un mismo complejo ferroviario. Desde ella salía en los libros de J. K. Rowling el expreso que llevaba a Howarts, colegio de magia y hechicería, a los personajes de la saga Harry Potter. La estación, sabedora del tirón, instaló un carrito de equipaje atravesando una pared bajo el rótulo andén 9 y 3/4, como en los libros y filmes. Además, una leyenda afirma que este fue el sitio donde tuvo lugar la batalla final de la reina Boudica contra los romanos, y que el cuerpo de la soberana descansa en algún punto de la estación.
Publicado originalmente por CONDÉ NAST TRAVELER.