(Global).- Este es nuestro homenaje a la miga generosa, la conquista del queso fundido, el brillo de un buen tomate… De Italia a India, de España a México, la felicidad también se esconde entre dos trozos de pan. Comienza el viaje.
Francesinha (Portugal)
Se buscan valientes. Olvídate de un sándwich ligerito, la francesinha (francesita, en español) es contundente. Inventado por Daniel David Silva, un emigrante retornado de Francia, en 1950, se ha convertido en un símbolo del país y una parada obligatoria en cualquier visita portuguesa. Una experiencia inspirada en el croque-monsieur (comparte con él el pan, el jamón y el queso), montada con tiento, regada con su característica salsa secreta (que incluye cerveza, tomate y picante) y acompañada de patatas fritas. Si viajas a Oporto…
Croque-monsieur (Francia)
Pan de molde, jamón cocido y queso. Parece que no habrá sorpresas pero, ah, su bechamel… Este sándwich, inventado en un café parisino del bulevar de las Capuchinas en 1910, se sirve generalmente gratinado. Prueba su versión femenina, croque-madame, coronada por un huevo frito.
«La zapatilla» de Melo’s (Madrid, España)
Conquistar un hueco en el pequeño Café Melo’s no es fácil, por eso no es raro encontrar una fila de adeptos frente a su puerta (Ave María, 44; Madrid) desde las ocho de la tarde. Además de sus clásicas croquetas, una bomba calórica irresistible se ha colado en el corazón de sus clientes: «la zapatilla». Dos rebanas de pan, lacón y queso de Tetilla fundido. ¡Irresistible!
Sándwich caprese (Italia)
Mamma Mia! Casi podemos imaginarnos en Capri al saborear el tomate fresco, la mozzarella, las hojas frescas de albahaca… con su cucharada de pesto y su chorro de aceite de oliva. El sándwich caprese es una opción sana para degustar Italia a bocados. Se puede servir frío o caliente.
Cemitas o Semitas (México)
«El nombre de este típico pan poblano tiene relación con el pan sin levadura de origen judío (semita), cultivado en España por la población sefardita (judío-española) desde la época del Imperio Romano», describen en la Secretaría de Turismo de Puebla, México. Su origen es una mezcla de dos tributos a la Corona española que partían de Puebla hasta Madrid: panecillos o galletas huecas y un duro bizcocho de sal. El relleno puede variar: aguacate, cebolla, quesillo, tomate, distintas carnes… ¡pero chipotle que no falte!
Po’ boy (Luisiana, EE.UU.)
El Estado de Luisiana es una mezcla sabores franceses, españoles, caribeños, africanos y estadounidenses. Nos rendimos ante el sándwich Po’ boy: pescado o marisco rebozado, servido en su propio pan (Louisiana French bread). Puede ir acompañado de tomate, queso, lechuga o pepinillos. ¡Qué aproveche!
Vada pav (India)
Para elaborar esta delicia vegetariana, típica del estado de Maharashtra en la India, se fríe un puré de patata redondeado (vada) condimentado con jengibre, chaunk y harina de garbanzo.
Muffuletta (Luisiana, EE.UU.)
La muffuletta se empezó a vender en el ultramarinos Central Grocery en el Barrio Francés de Nueva Orleans allá por 1906. Salami, mortadela, emmental, provolone… casi todo cabe dentro de este pan redondo de origen siciliano empapado en ensalada de aceitunas.
Bocadillo de Pastrami (Nueva York, EE.UU.)
Frente a dos sándwiches de pastrami (en el deli Katz’s de Nueva York) pudimos ver el mejor orgasmo de la historia del cine (vale, falso). Está elaborado con carne roja en salmuera y posteriormente ahumada (generalmente ternera) y acompañado de mostaza y pepinillos. Mmm… (traveler.es)