(África).- Es un continente inmenso que promete emociones fuertes y encuentros inesperados. Pero hay que comenzar por algún sitio. Proponemos las 8 aventuras más clásicas que los grandes viajeros suelen emprender para adentrarse en el corazón de África.
01 Safaris fotográficos
Suponen la aventura más clásica y también la más accesible. Se pueden practicar en casi todo el continente africano aunque hay ciertos paraísos para fotógrafos amateurs y profesionales, como los parques naturales de Kenia, Tanzania, Botsuana, Zimbabue o Sudáfrica. Aquí lo único que se dispara es la cámara. Los safaris fotográficos dan a los amantes de los animales la maravillosa oportunidad de capturar animales salvajes, así como al paisaje africano y las puestas de sol más rojas del mundo.
Se pueden disfrutar en cualquiera de los circuitos que organizan los propios parques y espacios naturales, pero cada vez hay más tours guiados junto a fotógrafos expertos que enseñan, de forma personalizada, cómo cazar mejor a cada una de las presas, ya sea acurrucados en un observatorio de aves o encaramados en un todoterreno, rastreando a pie o en los alrededores del campamento. Es una forma extraordinaria de experimentar el mundo mucho más allá de la cámara. Lo normal es levantarse muy temprano, pues el alba es un momento de mucha actividad entre los pájaros, y el crepúsculo, de los animales que acuden a beber. Un ejemplo: los safaris de Pangolin Photo realizados en Botsuana.
02 Senderismo por el Sáhara
El macizo del Hoggar es un lugar para los amantes del desierto. Alzándose desde las arenas del sur de Argelia, el Hoggar se halla entre las cordilleras más impresionantes del desierto del Sáhara. Hacer senderismo aquí junto a guías tuareg es como viajar en el tiempo. Se empieza en la ciudad de Tamanrasset y luego se transita en torno al macizo de Atakor, viendo llamativos petroglifos prehistóricos pintados sobre la roca, gheltas (pozas), dunas y bosques de pináculos de basalto. Se puede llegar hasta la cima del monte más alto de Argelia, Jabal Tahat (2.908 metros) y meditar durante la puesta del sol en la alta meseta de Assekrem. Muchas agencias de viaje locales también organizan excursiones. Lo normal es caminar unas cinco horas cada día.
03 Jinetes de elefantes
No hay forma más peculiar de conectar con la naturaleza de Botsuana que desde lo alto de un elefante africano. Y no hace falta cazarlos. La gran aventura es fotografiarlos y conocerlos de cerca. En este tipo de safaris, no solo se ve la fauna desde las alturas, sino que se interactúa, se nada y se camina junto a este gran mamífero y su manada, observando la conducta de los precoces adolescentes y la matriarca. También se puede hablar sobre conservación con los investigadores locales y aprender sobre el comportamiento de los proboscidio. Tratar con estos mamíferos inteligentes y sensibles es lo más cerca que se puede estar de la naturaleza. Botsuana es uno de los pocos lugares donde se puede realizar un safari de elefantes, a través de www.abucamp.com o agencias especializadas como www.ratpanat.com
04 Skeleton Coast en todoterreno
En Namibia los exploradores en todoterreno van directos a la Skeleton Coast, un desierto litoral con playas envueltas por la niebla y salpicadas de descoloridos huesos de ballena y oxidados restos de naufragios, herencia de una extinta industria ballenera. Los primeros marineros portugueses la conocían como las arenas del infierno, aunque por fortuna hoy en día las cosas son algo diferentes. Se conduce a través de bellos paisajes a lo largo de la playa y el interior, entre dunas, salinas, lechos fósiles, montañas y altísimos cañones. Para tener una experiencia excepcional, un viaje en un avión ligero permite ver alucinantes vistas de este desolado y espléndido paisaje lunar. www.namibian.org es un buen sitio para empezar a organizar el viaje. Skeleton Coast Safaris organiza safaris por tierra y aire, mientras que www.evaneos.es ofrece viajes personalizados.
05 El lado salvaje
No hay mejor forma de entrar en contacto con la naturaleza que ponerse un buen calzado y adentrarse en el Serengeti, el parque nacional más famoso de Tanzania. Aquí hay extraordinarios safaris a pie a través de la sabana y los ríos del parque. Expertos masái y otros guardabosques conversan con los visitantes sobre el ecosistema e ilustran a los viajeros sobre las rayas de las cebras, los hormigueros, las acacias o las hierbas silvestres. Por supuesto, la estrella es la famosa migración anual de los ñús, pero hay mucho más: tras un día de exploración, nada como conciliar el sueño arrullado por distantes rugidos de leones. Solo se permite a unas pocas agencias turísticas (escogidas y responsables) realizar safaris a pie por el Serengeti; las caminatas varían, desde excursiones de unas horas a salidas de varios días con acampada.
06 Cabalgar hacia la gran migración
Es uno de los espectáculos más impresionantes que puede ofrecer África. Cada año, de julio a octubre, más de un millón y medio de ñús y cebras se ponen en marcha en busca de los verdes pastos del Masái Mara. Las manadas invaden las orillas de los ríos y entran en aguas infestadas de cocodrilos mientras los oportunistas leones permanecen a la espera. La mejor manera de ver este espectáculo es a caballo. La razón es que los animales salvajes no temen a los caballos, lo que permite acercarse a la acción lo máximo posible. Se puede galopar junto a las manadas de ñús durante la migración o simplemente internarse por lugares a los que no se puede llegar a pie ni en todoterreno. Se recomienda tener alguna experiencia de equitación. www.safarisunlimited.com
07 Como bereberes en el desierto
Un paseo en camello es la forma más tradicional y pintoresca de experimentar la magia del desierto del Sáhara. Aunque, para algunos, montar no sea fácil o cómodo, es algo ineludible para quienes deseen experimentar el estilo de vida de los nómadas bereberes. Esto va mucho más allá de las resplandecientes dunas. Se trata de kasbas, oasis, amaneceres naranjas y ardiente puestas de sol. Tras un día saltando sobre la joroba, el viajero se relaja en su tienda beduina, contempla el inmenso cielo estrellado y se duerme con el lejano sonido de los tambores. La mejor época del año para hacer estas travesías en camello es de septiembre a febrero.
08 La costa de los esclavos
Una advertencia previa: esta es una experiencia muy dura. En el siglo XVII, Cape Coast y Elmina constituían los más grandes centros de comercio de esclavos de África occidental. Centenares de miles de africanos eran encerrados en las mazmorras de los fuertes e introducidos en barcos de esclavos. Dichos fuertes se conservan bien –el castillo de Elmina ahora es patrimonio mundial– y revelan una dolorosa historia: la bola y la cadena de hierro a la que ataban a los esclavos, las oscuras y diminutas celdas, así como la puerta de no retorno: la última que atravesaban los cautivos antes de ser cargados como animales en los buques en los que abandonarían África para siempre.