El impacto de la migración y las remesas de los ecuatorianos en el extranjero.
Guido Calderón
Si asumimos que cada venezolano en el exilio envía 100 dólares mensuales a sus familias en Venezuela, los 7 millones que abandonaron su patria, reportan un ingreso superior a los 8 mil millones de dólares anuales. Si la diáspora continúa y se duplica, podremos presumir unos 16 mil millones anuales que ingresarían al país “bolivariano” que suplirán el papel del Estado en la reducción de la pobreza, inversiones locales, creación de empleo, estabilidad macroeconómica y bienestar en general, para aquellos que tienen el privilegio de recibir un billete verde que se convierte en miles de monedas locales.
Esto lo tiene bien claro la izquierda, por lo que quebrar un país no necesariamente es malo, al contrario, obliga a su población laboral a migrar, trabajar en países extranjeros y enviar dólares para fortalecer la reserva monetaria, que pueden ser incautados a un cambio “oficial”; además que facilita el manejo perpetuo del poder, mantener una burocracia celestial y el usufructo de las riquezas de la nación gracias a un ejército completamente mixturado con la delincuencia.
La migración masiva que vive el Ecuador en estos momentos, tampoco es que importe al resto de partidos políticos que no se declaran de izquierda, pero tampoco son de derecha, tendencia política que en Ecuador está vedada, ya que se ha catequizado por todos los medios existentes y por décadas, que esta tendencia está ligada al machismo patriarcal, al neoliberalismo, el capitalismo depredador, el imperialismo; acusaciones que nadie está dispuesto a desvirtuar, ya que es más rentable electoralmente disfrazarse de izquierda y “gobernar para los pobres” que crecen en grandes masas de votantes que son mimadas, cuidadas y consentidas. En Europa a los partidos de derecha les tildan de nacionalistas de extrema derecha conformada por racistas, supremacistas que vienen a destruir la democracia, lo que permite a la derecha y a la izquierda alternarse en el poder sin dejar espacio a otras tendencias.
Ningún partido actual en Ecuador oferta beneficios para la clase media y el ser rico es un pecado imperdonable en todas nuestras tendencias políticas, a pesar de que todas las dirigencias partidistas están conformadas por personas de vidas muy cómodas, con visa americana, ropa de marca, vehículos de alta gama, cuyos seguidores ven la solución a sus problemas económicos en un puesto público donde se puedan enriquecer en no más de un año. Luego viene el: usted ya comió, deje espacio para que coma otro.
Las remesas de ecuatorianos que jamás disfrutarán de las casas que aquí se construyen con su esfuerzo y sacrificio, aumentarán los próximos años, independientemente de quién gane las elecciones y cuando visiten Ecuador lo harán con pasaporte extranjero y los contabilizaremos como “turistas”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por EL COMERCIO.