Japón está en la bucket list de millones de viajeros alrededor del planeta. Todo el mundo quiere ir a Tokio, a Kioto, a Osaka, a Nara… Pero hay un Japón de grandes paisajes mucho menos conocido, aunque absolutamente fascinante. Remoto, salvaje, solitario… y rematado por algunas de las casas con el diseño más exclusivo del mundo.
Quedarse en ellas es posible, pero no sencillo. Para eso, necesitarás comprar una parte de las singulares viviendas multipropiedad de Not a Hotel, lo que te dará derecho a pasar un mínimo de 30 noches en la finca que adquieras y otro mínimo de 15 en cualquiera de las que posee la cadena.
Not a Hotel, que así se llama la iniciativa, funciona así, a través de una especie de ‘intercambios’ que ofrecen sólidas ventajas sobre los hoteles tradicionales. Lo hace utilizando la tecnología blockchain para establecer derechos de uso de sus alojamientos, un “enfoque innovador que garantiza transparencia, seguridad y transacciones fluidas para acceder a las instalaciones y servicios ofrecidos”.
Para empezar, hablemos simplemente de la arquitectura. Grandes y laureados nombres mundiales, como Bjarke Ingels Group (BIG), Sou Fujimoto, Masamichi Katayama o Snøhetta, firman espacios absolutamente increíbles a la orilla del mar, en islas paradisíacas, encima de un acantilado, entre los árboles, en montañas de ensueño e, incluso, en el centro de Fukuoka.
¿Nuestras favoritas? Sin duda, la diseñada por BIG en la isla de Sagi (Setouchi), una región de clima suave y repleta de verde. Allí, en una finca de más de tres hectáreas se erigen tres villas circulares únicas que aúna lo mejor del diseño nórdico y japonés, alrededor de las cuales se ha plantado vegetación mediterránea. Dentro, en el patio circular, está lo mejor: una fotogénica piscina privada bajo el sol.
En la montaña tenemos otra de las que más suspiros causan, o causarán, porque aún no está construida. Se trata de un diseño de Snøhetta ubicado en la cima de la famosa estación de esquí Rusutsu Resort, conocida por tener la mejor nieve en polvo del mundo durante el invierno y por ser un destino relajado para practicar actividades al aire libre y senderismo durante el verano.
“Las zonas sociales del edificio están diseñadas para cautivar la mente cognitiva, mientras que los dormitorios y las áreas de descanso sirven para rejuvenecer el espíritu. Otras instalaciones, incluidos los baños interiores y exteriores con vista al monte Yotei, el gimnasio y la sauna, promueven el bienestar del cuerpo”, explican desde el estudio.
Todas estas casas se pueden reservar a través de una app o de un concierge virtual (que funciona con Chat Gpt 3-5) o real. Este, además, se ocupará de todos los arreglos de tu viaje, incluso del transporte o de las noches que necesites quedarte en un hotel al uso. Las propiedades cuentan también con coches de alta gama que se pueden compartir.
Por si fuera poco, no necesitarás ocuparte de nada ni durante tu estancia ni más allá de ella, pues un servicio de management se ocupa de lidiar con impuestos, pago de facturas y, por supuesto, con las tareas de mantenimiento. De hecho, puedes elegir que tu estancia tenga las mismas comodidades de un hotel (como servicio de limpieza) o prescindir de este extra, según tus necesidades. Además, en cada una de las casas todo está automatizado y se puede controlar a través de aplicaciones móviles. Not a Hotel provee también de un servicio de cocina de alto nivel, supervisado por un chef con tres estrellas Michelin.
Por supuesto, todos estos beneficios no son baratos. Por poseer 1/36 de la casa diseñada por Bjiarke Ingels Group, por ejemplo, es necesario pagar 2.457.000 dólares (2.221.418 euros). Sin embargo, parece que el negocio va viento en popa, pues se trata de una de las pocas propiedades de Not a Hotel que aún no se han vendido completamente.
