Pozas, playas y piscinas fluviales. La Ribeira Sacra es la prueba de que el interior de Galicia nada tiene que envidiar del litoral.
Con temperaturas aún por encima de los treinta grados, la Ribeira Sacra sigue siendo destino perfecto para no achicharrarse y disfrutar de lo que queda de verano en condiciones. Nuestra candidata más fuerte para convertirse en nuevo Patrimonio de la Humanidad tiene un montón de zonas de baño perfectas para esta época del año, sin aglomeraciones ni suciedad. Eso sí, aquí el agua va bien de frescura.
1.Os Peares
La desembocadura del Sil en el Miño es un espectáculo natural que hay que ver en directo y no dejar que te lo cuenten. Esto sucede en Os Peares, un pueblo que está considerado administrativamente como el más complejo de España ya que se distribuye en cuatro concellos y tres comarcas. No conforme con esto, las parroquias de Os Peares se reparten entre dos provincias, Lugo y Ourense, lo que acarrea en ocasiones un caos tremendo.
Para no desentonar, el chapuzón en Os Peares la encontramos en el tercer río en discordia, el Bubal, que vierte sus aguas también en el Miño. Se trata de una piscina fluvial que suele estar bastante concurrida los fines de semana ya que a ambos lados del río se puede extender la toalla sobre hierba. Es una zona de baño realmente cómoda ya que, al estar integrada en el casco urbano, cuenta con todos los servicios cerca, incluyendo parque infantil, agua para beber y un supermercado para hacer las veces de dominguero.
2.Playa fluvial de San Clodio, Ribas del Sil
Nos acercamos hasta el pequeño pueblo de Ribas del Sil, en la provincia de Lugo, un lugar donde el río Sil hace de frontera natural con la vecina Quiroga. El paso del río por este punto ha cincelado con los años una de las playas fluviales más apacibles de la Ribeira Sacra, la de San Clodio. Rodeada de frondosa vegetación, la playa se abre entre arena y césped a un río Sil que desciende precavido y cristalino. La zona de baño está perfilada por unos escalones semicirculares en forma de anfiteatro que facilitan el acceso.
Se trata de una playa amplia, extremadamente limpia, rodeada de verde y cuenta con duchas, espacios para barbacoas e instalaciones deportivas. Está marcada en el mapa de los amantes del turismo nómada ya que cuenta con parking de autocaravanas que suele estar muy concurrido. Casi tanto como el restaurante que hay a pie de playa.
3.Playa de Barxacova y el Río Mao, Parada del Sil
El Río Mao nace en la Serra de San Mamede y fluye hacia el Sil, donde muere formando justo antes un bonito cañón en Barxacova, una minúscula parroquia perteneciente a Parada del Sil que tiene menos de diez habitantes. El cañón del Mao se recorre a través de pasarelas de madera, perfectamente accesibles y que se convierten en balcones con vistas a una naturaleza salvaje que pide a gritos ser fotografiada una y otra vez. Al llegar al final de las pasarelas, os encontraréis con la pintoresca playa fluvial de Barxacova, abrigada por un frondoso bosque que incita a la aventura.
La playa es pequeña y, por suerte, no suele estar muy concurrida. No encontraréis servicios de restauración cerca, pero sí mucho alojamiento rural discreto y funcional cerca de los impresionantes miradores de Penalba o Cristosende donde, por otra parte, el avistamiento de aves es un lujo. Desconexión total en las alturas.
4.O Cañeiro
A orillas del río Bibei se encuentra un pequeño paraíso escondido, rodeado de frondosos bosques y extensas praderas verdes que portan un cheque en blanco hacia la relajación y la contemplación. Partiendo de Puebla de Trives, hay que hacer escala en el impresionante puente romano que cruza el río, originario del siglo I d. C. y que era uno de los pasos de la antigua Vía Nova. Su increíble estado de conservación permite aún su uso hoy en día, estando declarado como Monumento Histórico Artístico desde el año 1931.
Siguiendo el curso del río en dirección sur se llega al Área recreativa O Cañeiro, el lugar donde poder darse un chapuzón en las frías aguas del Bibei. Este bonito espacio cuenta con un parking propio, arena fina, zonas verdes donde tomar el sol y una cabaña de madera que hace las veces de merendero. Hay dos actividades muy interesantes que hacer en este enclave: recorrer la ruta verde de 12 kilómetros a través de la antigua calzada romana o acercarse a algunas de las bodegas de la viticultura heroica que hay cerca donde, con suerte, podréis encontrar algún que otro queso gallego para traeros a casa.
5.Ponte das Táboas, Castro Caldelas
Si sois de los que viajan con niños, tenéis de saber que en la Ribeira Sacra hay un sitio perfecto para que los más pequeños disfruten del baño en un entorno seguro y divertido. Se trata del Área Recreativa del Ponte das Táboas, en la localidad de Castro Caldelas. En este caso se trata del río Edo, que a su paso por esta parte de la Ribeira Sacra ha ido salpicando de molinos debido al afán incansable del ser humano por aprovechar la fuerza del agua.
Hoy en día, la orilla del Edo en Ponte das Táboas se ha transformado en lugar de recreo con restaurante y parque infantil, algo que muchos papás echan de menos en las zonas de río. Además, la playa fluvial se ha convertido en una piscina de agua natural que permite a los más pequeños disfrutar del agua en un entorno mucho más seguro y limpio.
6.Área Recreativa Pradomao, embalse de Edrada
El embalse de Edrada tiene una de las playas fluviales de la Ribeira Sacra más tranquilas. Perteneciente también al concello de Parada de Sil, la playa fluvial de Pradomao cuenta con un espacio más que considerable que permite no tener esa horrible sensación de muchedumbre alrededor. Aquí se puede encontrar lo justo para pasar un día de playa sin necesidad de estar en la costa: mesas de madera, arena blanca y algunos árboles que permiten el parapeto del sol cuando rasca (aunque son pocos). No hay restaurante ni barbacoas, por lo que hay que llevarse la comida de casa. Además, no todas las zonas están acondicionadas para el baño por lo que se recomienda siempre precaución.
El entorno natural del embalse de la Edrada invita a adentrarse entre la vegetación y encontrar, al caer la tarde, la mejor fotografía de un gigante sol de color naranja reflejado en sus aguas.
7.A Cova, Saviñao
La playa fluvial de A Cova es otro de los puntos señalados en el mapa para quien quiere disfrutar de un chapuzón en mitad de la naturaleza y descubrir los tesoros de la viticultura heroica de la Ribeira Sacra. Regresamos a Lugo, más concretamente a Saviñao, para encontrar esta playa rodeada de asalvajada vegetación y viñedos, donde muchos gallegos vienen para disfrutar de actividades acuáticas en las aguas del río Miño. Es una playa de río pequeñita, a veces con más gente de la que uno quisiera desear, pero con buen acceso y un restaurante donde poder comer con vistas al meandro O Cabo de Mundo.
