En los primeros meses del 2019 se duplicaron los viajes de ecuatorianos a México, una vez que este país, nos eliminó el requisito de visa. Sin embargo, muy pronto corrieron rumores de que un porcentaje de los viajeros, no retornaban y optaban por ingresar de ilegales a los Estados Unidos.
Hace unos días un ecuatoriano, sin ninguna razón aparente, fue maltratado y deportado desde un aeropuerto mexicano, lo que activó las alarmas sobre lo inseguro que es viajar a México y sufrir la violencia de sus policías de migración.
No se hizo esperar la protesta por parte de Ecuador a lo que México ha respondido con la exigencia de un sinnúmero de requisitos, documentos impresos, reservas confirmadas, cartas de invitación, 100 usd por cada día de estadía y más incomodidades.
Debido a las maravillas que tienen México, las Agencias de Ecuador, triplicaron ventas de este bello país hasta finales de noviembre, pero estos nuevos requisitos que equivalen a una mini visa, frenarán las ventas y se optará por vender destinos con policías menos violentos, pues si en el aeropuerto de arribo se corre el peligro de ser maltratado, aislado y deportado, sin motivos importantes, es claro que los ecuatorianos, que somos el cuarto emisor de turistas en Sudamérica, solo por debajo de Brasil, Argentina y Colombia, y muy por encima de Perú, Chile, Bolivia y Venezuela, deberemos buscar destinos más amables y seguros.
La luna de miel de Ecuador con México ha durado apenas un año en un entorno en el que el país azteca enfrenta serios problemas de sub ocupación hotelera, caída de tarifas, abandono de marcas importantes, sargazo en sus playas, violencia en sus principales destinos, un Gobierno que eliminó la partida para promoción, y expectativas poco favorables del desempeño de esta actividad, muy importante en la economía mexicana, por la tendencia ideológica de su actual Presidente. /GC