(Global).- Por algún motivo, a los seres humanos nos encanta estar en lo alto. Si estamos en una ciudad, queremos subir a lo alto del edificio más alto de la ciudad, para contemplar sus vistas. O, si estamos en un paisaje de montaña, subir al punto más alto de la montaña. Lo importante es tomar la mejor foto y sentir lo emocionante que es tener el mundo a tus pies. Los viajeros lo saben muy bien, y por eso recomendamos los miradores más impresionantes del mundo. ¿Preparado?
Top of the Rock, Nueva York
Dicen que es el mirador más increíble de Nueva York junto al Empire State Building. ¿La ventaja del punto más alto del Rockefeller Centre? Desde él, ves el Empire State y el resto de la Gran Manzana, con unas vistas de infarto. Prepara tu cámara, saca tu palo de selfies y aprovecha para dar envidia (sana) a todos tus amigos en Facebook.
Mirador del Río, Lanzarote
Al norte de la isla de Lanzarote se puede hacer la llamada Ruta de los Miradores, desde la que podrás disfrutar de las vistas más asombrosas de la isla. El océano, el volcán de la Corona, las vastas llanuras, la isla de La Graciosa… En el Mirador del Río hay balcones a distintos niveles desde los que te quedarás, literalmente, con la boca abierta.
Willis Tower, Chicago
¿Te imaginas tener la ciudad de Chicago a tus pies? Desde la Willis Tower es posible. Esta torre, que hasta hace poco era la más alta de todo Estados Unidos (superada ahora por el reciente One World Trade Center de Nueva York), es uno de los lugares más famosos del país. Y no le faltan motivos. Eso sí, no te lo recomendamos si sufres de vértigo.
Gran Cañón del Colorado, Arizona
Son muchos los miradores que hay a lo largo del enorme Gran Cañón, y todos tienen una cosa en común: la sensación de libertad. La inmensidad del paisaje es la que te hará sentir libre a la vez que diminuto, y es que el cañón supera los 400 kilómetros de largo, una auténtica joya natural del paisaje americano.
Cristo del Corcovado, Río de Janeiro
El Cristo del Corcovado no sólo es el monumento más representativo de Brasil, sino el lugar desde el que se obtienen las vistas más increíbles de la ciudad de Río de Janeiro. Tras una larga subida a la cima del cerro del Corcovado, a más de 700 metros de altura, no sabrás si mirar al Cristo o a la ciudad, ya que ambas vistas son sobrecogedoras.
Ørnevegen, Noruega
El mirador de Ørnevegen, al oeste de Noruega, es uno de los más impresionantes en los que puedes estar en el mundo. Las increíbles vistas al fiordo de Geiranger te dejarán sin aliento, ya que es uno de los más bonitos (si no el que más) de los fiordos noruegos. Y las mejores vistas son desde este aquí.
Campanario de San Marcos, Venecia
Todo el que sube a lo alto del campanario, coincide: las vistas desde la edificación más alta de Venecia son las más bonitas de toda la ciudad. Desde arriba podrás contemplar la Plaza de San Marcos, la iglesia de la Salute, los canales… E incluso si hace buen día, podrás ver algunas de las islas vecinas.
Die Bastei, Dresde
En la región alemana de Sajonia se encuentra el río Elba y sobre él, a 200 metros de altura, una espectacular formación rocosa: Die Bastei. Es uno de los lugares más visitados de Sajonia desde hace más de 200 años, y a principios del siglo XIX se construyó un puente con unas vistas de infarto. A día de hoy, el puente se ha renovado y sigue siendo igual de espectacular.
Catedral de Notre-Dame, París
Las gárgolas de Notre-Dame tienen las mejores vistas de la ciudad de París. En pleno centro de la capital francesa se encuentra una de las catedrales más emblemáticas del mundo y, desde luego, con las vistas más privilegiadas. Desde lo alto de sus torres podrás ver el río Sena, la Torre Eiffel, Trocadero, el barrio de Montmartre… En definitiva, una visión 360 grados de todo París.
Cataratas de Iguazú, Argentina-Brasil
Las Cataratas de Iguazú son uno de los más sobrecogedores espectáculos naturales de nuestro planeta. Y, por supuesto, tenían que tener mirador. De hecho, no uno, sino decenas. Hay un montón de miradores desde los que poder ver las cataratas con perspectiva e, incluso, acercarte a ellas y sentir el atronador sonido y la fuerza del agua cayendo por ellas. ¡Increíble! (huffingtonpost.es)