miércoles, marzo 19, 2025
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Estudiantes viajan de Ecuador a Portugal por su barata oferta académica

1.146 ecuatorianos fueron registrados en el país europeo en 2023, según la Agencia para la Integración, Migración y Asilo (AIMA). Hay 391 compatriotas con títulos de residencia.

Por Belén Zapata Mora

Hay 964.240 estudiantes que están cursando el bachillerato en Ecuador, según el Ministerio de Educación, y a este segmento perteneció Elisa Jaramillo, de 20 años, quien vivía en Loja.

Ella lleva dos años en Portugal, país europeo, luego de conseguir una beca por mérito para la carrera de Relaciones Internacionales, la cual concluiría en un año en la Universidad Évora. “Tomé la decisión porque me gustan los idiomas. Tengo una beca y tuve que aprovechar”, dice la joven, quien aún no sabe si retornará a Ecuador o se quedará allá.

“Aún no tengo un futuro fijo, no sé si voy a regresar o me quedaré, va a depender de si consigo trabajo”, señala la estudiante universitaria que piensa realizar una maestría.

Ella gasta cerca de 2.500 euros ($ 2.614,39) anuales en la carrera que dura tres años, es decir, 7.500 euros ($ 7.843,18) en total. Esta es una cantidad inferior a la que cancela la quiteña Naomi Alvear, de 19 años, quien lleva 8 meses en Portugal. La joven no tiene beca y estudia en la Universidad Beira Interior. Cancela 1.500 euros por semestre ($ 1.568,64), que en doce meses es 3.000 euros ($ 3.137,27) y en toda la carrera 9.000 euros ($ 9.411,81).

Ambas hablan portugués y ven a este país más económico que Ecuador en el nivel educativo y calidad de vida. Por ejemplo, Naomi no gasta en transporte porque hasta los 23 años este servicio es gratis para estudiantes en Portugal y entre arriendo y alimentación suma 550 euros al mes ($ 575,17).

Este panorama asombró a Juan, quien estudia en una universidad privada de Ecuador.

A pesar de su beca al 30 %, gasta $ 1.500 por semestre, que al año son $ 3.000. En total son ocho semestres, lo que resulta en $ 12.000. Cantidad inferior a la que cancelan Naomi y Elisa, quienes estudian 3 años. En el caso de Juan son 4 años.

Según la Agencia para la Integración, la Migración y el Asilo de Portugal, en 2023 la población residente de ecuatorianos fue de 1.146 y 391 lograron un título de residencia. Estos números son superiores a los del 2022, hubo 615 ecuatorianos en la categoría stock, (que se mantienen en el país europeo), y 168 en ‘flujo’, que están en movimiento, de acuerdo con el Portal de Estadísticas del SEF de Portugal. La salida de ecuatorianos hacia Portugal se ha ido incrementando, según cifras del Ministerio de Turismo. En 2024 fueron 2.500 personas, la mayoría entre 20 y 29 años, es decir, edades de estudios de tercer y cuarto nivel. Y no hubo mucha diferencia en 2023 cuando 2.012 personas subieron a un avión hacia Portugal y en 2022 fueron 1.144.

El retorno desde Portugal en 2024 fue de 1.869 personas, aunque la cartera de Estado no especifica en el portal de Turismo en cifras si son ecuatorianos que regresan o la visita de portugueses. Aun así, hay una diferencia de 631 ciudadanos que se habrían quedado en Portugal en 2024.

Quienes logran un título extranjero y regresan al Ecuador deben registrarlo con la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) para que tenga validez en el territorio local.

Esta Secretaría tiene un listado, en su web, de las universidades reconocidas en el extranjero hasta el 2018.

Pedro Pimentel, cónsul ad honorem del Ecuador en Oporto – Portugal, afirma que cada año se ha observado más la llegada de compatriotas.

“Tal vez hay unos 500 estudiantes (sin contar trabajadores u otros residentes) que están cursando licenciaturas y maestrías. Nos contactan para trámites de documentos como apostillas, traducciones, legalizaciones, poderes”, cuenta.

Pimentel conoce de ecuatorianos estudiando en Braga, Aveiro, Coímbra, Évora y hasta en la isla San Miguel. Cursando carreras como Ingeniería en Electromecánica, Ingeniería de Energía y Ambiente, Ingeniería Civil, Ingeniería Informática, Ciencias de la Educación, Relaciones Internacionales, Gestión y Administración de Empresas y hasta Psicología.

“Hay universidades reconocidas en cierta área: Oporto, en arquitectura; Coímbra, en salud, leyes y derecho; y Aveiro, en ingenierías. Los estudiantes que vienen a obtener sus carreras en su mayoría optan por seguir sus estudios de maestría o doctorados”, explica.

En Ecuador se registraron 123.378 títulos nacionales, de los cuales 183 son de institutos superiores técnicos y tecnológicos, 62 de universidad y escuela politécnica, según Senescyt, en 2024. En esas cifras no estará Matías Arias, de 18 años, quien ahora vive en Quito.

Él ya culminó el colegio y está aplicando a diversas universidades en Portugal, sea con o sin beca. Dice que escogió ese país por costos y espera viajar. “Los valores allá son bastantes asequibles, considero que sí se pueden pagar. Y se estudia tres años”, cuenta y añade que ha buscado la carrera de Gestión Empresarial en la Universidad de Aveiro a un costo de 4.000 euros al año ($ 4.182,59), que en total serían 12.000 euros ($ 12.547,77).

“En Ecuador el semestre de esa carrera está entre $ 3.500 y $ 4.500 y son cuatro semestres ($ 28.000 a $ 36.000 en total), sigue siendo un valor alto”, opina Arias, quien ya está averiguando el trámite de la visa.

Arias estudió en el colegio Martim Cererê, que tiene convenios con universidades en Portugal, dice Cristina Donoso, rectora encargada, quien indica que hay acuerdos con otros países como Estados Unidos, Canadá, España y México.

“Estos convenios consisten en un acercamiento para la postulación de estudiantes. En varias de estas universidades les dan posibilidades de optar por becas. Se tienen que postular, presentar la documentación, pero el convenio les abre puertas. Les disminuyen los requisitos”, argumenta.

Donoso señala que Portugal se ha vuelto atractivo por la oferta universitaria y su calidad de educación, y que además el idioma es amigable. Pero resalta que es importante tener presente el gasto.

Por eso Jacques Landázuri, experto en educación y gestión académica, señala que antes de que viajen los jóvenes es necesario que aprendan a ahorrar, a manejar sus finanzas, porque estarán solos. “Hay que ser fuerte mentalmente para poder lograrlo. Hay chicos que no han sabido llevar sus finanzas y lastimosamente han gastado más dinero y al siguiente mes ya no les alcanza. Estas cosas hay que canalizarlas frente a una migración educativa”, analiza Landázuri y agrega que estas salidas no son negativas: “La migración educativa es positiva para el país que hace que los posibles graduados regresen con conocimiento”.

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