martes, octubre 15, 2024
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Elfos, monstruos, hadas, brujas, duendes, 10 destinos ‘monstruosos’

(Global).- Elfos, monstruos, hadas, brujas, duendes e incluso vampiros viven con nosotros aunque nos empeñemos en no verlos. Hasta nos acompañan en nuestros viajes. Estos son algunos de sus destinos predilectos.

Destinos llenos de monstruos y criaturas mitológicas

01 Troles, fantasmas y gente escondida

Islandia está llena de huldofolk (gente escondida) y fantasmas. Sus habitantes lo creen de verdad y el viajero lo llega a creer también cuando recorre los paisajes de lava, las imponentes formaciones naturales y las granjas solitarias que salpican la isla islandesa. La lava es el hogar de los jaravergar (gnomos), los alfar (elfos), los ljosalfar hadas), los devergar (enanos), los ljufingar (amantes), los tivar (espíritus de la montaña) y los englar (ángeles). Los relatos sobre estos seres esquivos han ido pasando de generación en generación y muchos islandeses dicen haber visto alguno (o conocer a alguien que los ha visto). Y es que son mucho más que espíritus: conviven cotidianamente con los seres humanos, tienen sus mismos sentimientos y debilidades y no son inmunes al paso del tiempo.

Vista elevada de los roques de Reynisdrangur, frente a la playa de Vik (Islandia)
Vista elevada de los roques de Reynisdrangur, frente a la playa de Vik (Islandia)

Están por todas partes pero podríamos, por ejemplo, intentar verlos en Grimsey, la única zona de Islandia que realmente se halla sobre el Círculo Polar Ártico. Se trata de un pequeño islote a 41 kilómetros de tierra firme, donde hay casi 1.000 aves por cada persona. Su gran atractivo reside en la naturaleza y, en particular, en los acantilados y las formaciones basálticas, pero no faltan las leyendas, como la del pescador Grimur, el primero en llegar después de enamorarse de la hija de un trol local. Lamentablemente, ella murió tras tropezar accidentalmente con el sol de medianoche y sus restos petrificados se hallan cerca de la estrecha iglesia de la isla. Tras dejar Grimsey uno empieza, en serio, a creer en la gente escondida.

Otra visita interesante es la playa de Vik, presidida por los gigantescos troles Skessudrangar, Landdrangar y Langhamrar, petrificados según la leyenda por los primeros rayos del sol al salir de su cueva. En realidad son rocas de 60 metros formadas por una erupción volcánica, también conocidas como Roques Reynisdrangur.

02 Un país para ‘tolkienturistas’

Los paisajes de Nueva Zelanda ayudaron al director Peter Jackson a llevar a la gran pantalla los libros de El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien. Son muchos los tolkienturistas que visitan el país, pero los escenarios están bastante lejos unos de otros y verlos todos es casi tan épico como las aventuras de Frodo y el resto de la Comunidad del Anillo.

Casas de hobbits en La Comarca, construidas en Alexander Farm, cerca de Matamata (Nueva Zelanda)
Casas de hobbits en La Comarca, construidas en Alexander Farm, cerca de Matamata (Nueva Zelanda)

Por ejemplo, las casas de los hobbits en La Comarca, la aldea de Frodo Bolsón, fueron construidas en Alexander Farm, cerca de Matamata. Hay un poblado hobbit con casas, un molino y la Posada del Dragón Verde listo para los visitantes. Pero hay también muchos escenarios naturales que nos evocarán el mundo de los hobbits, como el bosque de Snowdown, en la Isla Sur, que representó el Bosque de Fangorn en Las dos torres. En la vida real es igual de frondoso y verde, solo que los árboles no hablan.

La cordillera de las Remarkables, cerca de Queenstown, también en la Isla Sur, fueron las Montañas Nubladas en El Señor de los Anillos y El hobbit, mientras que el Parque Nacional Tongariro sirvió como localización de Mordor, destino final de Frodo, y en él hay tres volcanes, entre ellos el monte Ngaruhoe, que en la película se convierte en el Monte del Destino. En su cima no hay un feroz ojo gigante, pero sí es un volcán activo.

03 Locos por Harry Potter

Piezas de atrezo, vestidos, maquetas y escenarios de rodaje de la saga de Harry Potter en los estudios Warner Bross de Leavesden, cerca de Londres.
Piezas de atrezo, vestidos, maquetas y escenarios de rodaje de la saga de Harry Potter en los estudios Warner Bross de Leavesden, cerca de Londres.

No hay mago más famoso en toda Europa que Harry Potter. Hoy se pueden seguir sus pasos por diversos lugares de Inglaterra, pero sobre todo en Londres, donde existe un itinerario turístico para fans de la saga de J.K. Rowlings que visita lugares como el Ministerio de Magia (tanto el de La Orden del Fénix como el de Las Reliquias de la Muerte); el café en el que Harry, Ron y Hermione son atacados en Las reliquias de la muerte; la calle favorita de J.K. Rowling en Londres que inspiró el callejón Diagon; la sede de la editorial que publicó las novelas de Harry Potter y, desde 2012, la inevitable visita a The Making of Harry Potter, en el Warner Bros Studio de Leavesden, cerca de Londres. Los fans pueden ver piezas del atrezo, vestidos y maquetas, visitar el gran comedor, el despacho de Dumbledore, el callejón Diagon o la cabaña de Hagrid.

04 Bomarzo, el jardín de los monstruos

Conocido como el jardín de los monstruos, este extraño enclave a 17 kilómetros al noroeste de Viterbo (no muy lejos de Roma) es una de esas curiosidades históricas que deja fascinado a todo el que la visita. El Parco dei Mostri fue creado en el siglo XVI por el excéntrico príncipe Pier Francesco Orsini, que pidió al arquitecto y anticuario Pirro Ligorio, el mismo que finalizó la Basílica de San Pedro de Roma tras la muerte de Miguel Ángel, que fueran representadas criaturas conocidas y animales exóticos, pero también bestias de pesadilla. De este modo no tardaron en surgir, extraídas de la piedra bruta por grandes escultores, ogros, gárgolas o criaturas antropomorfas de varios metros de altura. Al parque no le falta tampoco la leyenda ligada a la trágica muerte de la amada del príncipe.

Uno de los ogros del Parco dei Mostri, en Bomarzo
Uno de los ogros del Parco dei Mostri, en Bomarzo

Se dice que su concepción es tan esotérica que si logras caminar de forma correcta entre sus esculturas experimentas una transformación interna y que los monstruos son en realidad figuras mitológicas que encierran símbolos que nos transmiten que el jardín es un viaje iniciático. Entre los árboles, parterres y arroyos se suceden figuras grotescas y monumentales de aspecto terrible o absurdo que representan personajes míticos y seres fantásticos. La entrada está custodiada por una esfinge y varias cabezas decapitadas de dioses romanos y al final del primer camino nos encontramos con un gigantesco monstruo marino. Aquí están también Pegasus, Poseidón, Proteus, un elefante que aplasta a un soldado romano, ogros, dragones, osos, la mujer dormida, una casa inclinada, un palacio renacentista y todo ello con extraños mensajes y leyendas en forma de inscripciones.

Por sus extrañas esculturas, cargadas de misterio, este parque ha sido incluido en muchas rutas esotéricas de Italia, aunque permaneció olvidado durante más de 300 años en la ladera del castillo de los Orsini. El parque también conocido como la Villa de las Maravillas, ha inspirado a grandes artistas, como a Salvador Dalí, quién visitó este lugar en 1948. Una recomendación imprescindible: la lectura de la novela Bomarzo, obra cumbre de Manuel Mújica Láinez, que recrea la vida del príncipe Orsini, un visionario del Renacimiento.

05 Viaje vampírico

Transilvania se ha convertido en sinónimo de tierra de vampiros. Tal vez por eso sorprende su aspecto bucólico y sus palacios como de cuento de hadas. Se sabe que Bram Stoker nunca visitó Transilvania, pero sí que basó su novela Drácula (1897) en una investigación sobre un personaje real y en su propia imaginación para crear al oscuro y aterrador conde Drácula. Así nació el mito. El castillo de Vlad Tepes, príncipe de Valaquia del siglo XV, se convirtió por arte de la ficción en el hogar de este famoso personaje imaginario (la historia real de este príncipe tampoco es muy tranquilizadora y ya en su época fue representado como un déspota despiadado sediento de sangre). El mito de Drácula se basa también en las leyendas y creencias populares de fantasmas y vampiros en Transilvania.

Castillo de Vlad Tepes, príncipe de Valaquia del siglo XV
Castillo de Vlad Tepes, príncipe de Valaquia del siglo XV

El castillo de Bram, cerca de Brasov, en Transilvania, es el principal hito de un recorrido vampírico en Rumanía. Rodeado de un aura de misterio y de leyenda, y encaramado en lo alto de una roca de 200 metros de altura, es un monumento nacional y uno de los destinos turísticos más importantes del país. Fue construido sobre la base de una fortaleza medieval en el año 1212 y fue documentado por primera vez en un acto emitido por Luis I de Hungría el 19 de noviembre 1377, dando a los sajones de Kronstadt el privilegio de construir la ciudadela. Desde 1920 y hasta 1957, el castillo fue una residencia real y hoy es un museo con una muestra de arte y muebles propiedad de la reina. A los amantes de la fantasía vampírica les encantarán las imponentes torres y los torreones, los pasadizos y la historia.

06 Una ruta de cuento de hadas

Los hermanos Grimm se pasaron la vida escribiendo cuentos que, en realidad, recogían mitos y leyendas alemanas en torno a las hadas, los magos, gnomos y otros seres fabulosos que habitaban en pueblos, aldeas y bosques centroeuropeos. Hoy existe una ruta de los cuentos de hadas por Alemania, que nos lleva desde Hanau hasta Breman (más de 600 kilómetros de recorrido) a través de los paisajes más bellos que inspiraron a los hermanos cuentistas más célebres del mundo. El viajero puede recorrer los mismos caminos por los que se perdieron Caperucita Roja o el Flautista de Hamelín, ir a las siete montañas donde viven los siete enanos de la saga de Blancanieves, a la costa del río Meno donde se alzan los históricos palacios de la Cenicienta, la Bella Durmiente y Rapunzel, o al Museo de Molinos en Ebergötzen donde se desarrollaran algunos otros famosos cuentos alemanes. La Ruta de los cuentos de Hadas incluye también determinados festivales y recreaciones en las que los propios personajes de los cuentos reciben al visitante y le invitan a cenas medievales, banquetes dignos de un rey o a conciertos y teatros al aire libre.

La casa de los hermanos Grimm en el pueblo de Steinau an der Straße, en Hesse (Alemania)
La casa de los hermanos Grimm en el pueblo de Steinau an der Straße, en Hesse (Alemania)

Se visitan lugares como Steinau, donde pasaron su infancia Jacob y Wilhelm Grimm, y donde se encuentra su casa familiar; Asfeld, con un fantástico ayuntamiento y el famoso traje regional con capa roja que sirvió para crear el personaje de Caperucita; el palacio de Friedrichstein, en Bad Wildungen, que inspiró Blancanieves y los siete enanitos (se visita también la mina de cobre y la casa de Blancanieves) y Kassel, donde vivieron los hermanos Grimm durante treinta años reuniendo más de 200 cuentos y leyendas. Los documentos originales de conservan hoy en el museo Grimm. Visitaremos también el castillo de la Bella Durmiente (Sababurg) o el pueblo de Hamelin, donde nos recibirá el mismísimo flautista en persona. Un viaje para todas las edades por la fantasía y la cultura centroeuropea.

07 La gran fiesta de los fantasmas

Los fantasmas más famosos de la historia son los que pueblan los castillos escoceses. Prácticamente cada castillo tiene su fantasma, ya estén en la ciudad, en un lago o perdidos en una isla. Y hay tantos que resulta difícil seleccionar. Algunos se quedarán con los fantasmas que deambulan por los pasajes y laberintos subterráneos del Old Town de Edimburgo, la ciudad europea con más fantasmas por metro cuadrado: los rascacielos medievales del casco antiguo esconden lugares fantasmagóricos, como el Royal Exchange, que se asienta sobre cinco callejones entre los que está el célebre Mary King’s Close. Durante una epidemia de peste las autoridades decidieron tapiar la entrada a estos callejones dejando a la gente dentro para que no contagiaran al resto. Hoy sus espíritus vagan por la ciudad.

Muchos prefieren los fantasmas más típicos, los que habitan en los castillos escoceses rodeados de páramos desiertos y envueltos en la bruma, como el Eileen Donan Castle, con su silueta semiderruída. Su fantasma es español: es uno de los 50 soldados españoles que murieron aquí durante la revuelta jacobita de 1719. Se aparece muy a menudo, siguiendo el carácter sociable que, dicen, tenemos los españoles.

Presentacion de Macbeth en el Glamis Castle
Presentacion de Macbeth en el Glamis Castle

Pero si hay un fantasma popular ese es el del Lago Lomond, que tiene fama de ser el castillo más bonito, y el que más canciones ha inspirado a la música popular, de toda Escocia. Resulta toda una experiencia cruzar este lago en ferry: un bucólico escenario que encierra, sin embargo, historias trágicas de asesinatos y ahogados. El catálogo de fantasmas es larguísimo y sus historias acompañarán la estancia en la zona. En la misma línea de truculentas historias, encontramos los fantasmas de Glamis Castle, como las leyendas del fantasma de la mujer sin lengua, la Dama Gris (en realidad era lady Glamis, acusada de brujería en 1537 y quemada viva) o el fantasma del Conde Beardie, un borracho al que le gustaba molestar a los niños y que hoy sigue escondido en una habitación secreta del castillo.

En Aberdeen, encontramos el fantasma de Cruden Bay, con su castillo de Slains que inspiró a uno de sus veraneantes del siglo XIX, Bram Stoker, la conocida novela de Drácula. En la isla de Skye, famosa por su whisky y sus acantilados, encontramos el ruinoso castillo de Duntulm y sus fantasmas (una monja, una niñera imprudente o un prisionero emparedado). Finalmente, en el Lago Ness encontramos el más adorable de todos los fantasmas, que en realidad es un monstruo. Para fantasmas hay que visitar el cercano páramo de Culloden Moor, por donde deambulan desde 1746 los soldados derrotados en una sangrienta batalla.

08 Brujas pirenaicas

Uno de los lugares del mundo más famosos por sus historias de brujas son los Pirineos. En sus bosques y valles más apartados abundan las historias de seres sobrenaturales, de magia y superstición, y hasta hace bien poco existieron prácticas asociadas a ritos paganos y una medicina popular ligada a la naturaleza que se identificaba como brujería.

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Interior de la cueva de Zugarramurdi, en el valle de Batzan (Navarra)

Se sabe que hasta principios del siglo XX había centenares de brujas en el Pirineo Central, a las que se les atribuía la capacidad de ejercer su magia para provocar maleficios a la comunidad. Quedan muchos lugares en los Pirineos asociados a ellas, como el llamado Pontón de las Brujas, en Tella, el enclave más asociado a los aquelarres en toda la región del Sobrarbe, y que todavía conserva un aire mágico y sobrenatural. Pero sin duda el lugar más famoso por la brujería es Zugarramurdi, en el valle de Baztán (Navarra), donde encontramos incluso un Museo de las brujas instalado en su viejo hospital, que nos cuenta la interesante historia de la brujería rompiendo la imagen folclórica de estas mujeres y presentándolas en el contexto de la leyenda y la mitología de la montaña. En su cueva, a 400 metros del pueblo, resuenan los ecos de la historia más conocida: en 1610 el Tribunal de la Inquisición condenó a 11 mujeres a morir en la hoguera por brujería.

09 Historias de duendes y gigantes

Los gnomos o duendes irlandeses (conocidos como leprechauns) están ligados a una leyenda a San Patricio, el patrón de los irlandeses. Según se cuenta, después de fundar su primera iglesia, el santo invitó a los celtas a convertirse al cristianismo y fue ganando adeptos rápidamente por todo el país, ayudado por algunos milagros muy oportunos. Pero esto suponía un duro revés para los druidas celtas que idearon un plan para que el cristianismo no triunfase sobre sus deidades paganas: invocaron a los duendes y los enviaron a la iglesia de San Patricio con la misión de hacerle la vida imposible al monje y a todos los que se convertían. Los duendecillos se dedicaron a hacer pequeñas jugarretas a los feligreses hasta que San Patricio consiguió expulsarlos con un exorcismo, invocando las palabras “En nombre de Dios Todopoderoso, yo los expulso, espíritus impuros”. Por eso, en Irlanda se sigue utilizando la imagen de San Patricio como protección contra los duendes y el 17 de marzo, día del patrón irlandés, todos los duendes salen de sus escondites para seguir haciendo trastadas.

Turistas sobre las columnas basálticas de la Calzada de los Gigantes, en la costa de Antrim, en Irlanda del Norte
Turistas sobre las columnas basálticas de la Calzada de los Gigantes, en la costa de Antrim, en Irlanda del Norte

Frente a los diminutos leprechauns, Irlanda también presume de gigantes, como los que crearon la famosa Calzada del Gigante, uno de los lugares más turísticos y simbólicos de la costa irlandesa. Hay muchas historias que explican cómo nacieron estas formas hexagonales de basalto, pero los irlandeses están convencidos que fue obra del gigante Fionn mac Cumhaill (Finn McCool), quien se llevaba realmente mal con otro gigante escocés (Bennandoner) al que se tiraba continuamente rocas y, de tanto tirar, formó un campo de piedras sobre el mar. El escocés, mucho más fuerte, decidió aprovechar el camino de rocas para enfrentarse al irlandés, pero a la mujer de Finn se le ocurrió vestir de bebé a su esposo y el escocés se asustó al pensar que si el niño era así, el padre debía de ser mucho más grande. Así que huyó pisando tan fuerte las rocas, que se hundieron y nunca pudo llegar a la otra orilla. La zona, situada en el Condado de Antrim, en Irlanda del Norte, es hoy Patrimonio de la Humanidad y contiene unas 40.000 columnas de basalto. Estos son algunos de los monstruos que nos acompañan en los viajes. (elviajero.elpais.com)

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