(Francia).- El copiloto del avión de Germanwings siniestrado en Los Alpes franceses impidió al comandante volver a la cabina y accionó de manera deliberada el descenso del avión hasta que el aparato se estrelló con 150 personas a bordo. Así lo ha explicado el fiscal de Marsella, Brice Robin, quien asegura que los datos de la caja negra no dejan lugar a dudas. “El copiloto tenía la intención de destruir el avión”, ha sentenciado. Al otro lado de la puerta, el piloto -el también alemán Patrick Sonderheimer- aporreaba la puerta para que le dejara entrar. El fiscal ha detallado que Lubitz “se negó de manera deliberada a abrir la cabina al comandante cuando éste último quiso volver a entrar”.
Asimismo, Robin ha destacado que el copiloto hubiera sufrido algún tipo de problema de salud y que, por ello, le hubiera sido imposible abrir la cabina. “La acción sólo puede ser voluntaria. Se oye en todo momento a una persona respirar, cosa que indica que estuvo vivo hasta el momento del impacto. Es una respiración aparentemente normal, como si no le pasara nada”.
Respecto a los pasajeros, estos “sólo se dieron cuenta en el último momento” de lo que ocurría, según ha detallado el fiscal Robin Brice. “Sólo se escuchaban gritos al final. La muerte fue instantánea”.
Andreas Lubitz era de origen alemán al igual que el comandante Patrick Sonderheimer si bien el fiscal ha dicho desconocer su “origen étnico” o su religión. Asimismo, ha precisado que el copiloto, de 28 años, no figuraba en la lista de terroristas buscados. Tenía una experiencia de 630 horas de vuelo y había comenzado a trabajar en Germanwings en septiembre de 2013. (preferente.com)