¿Sin plan de Semana Santa? Aprovechemos para visitar la provincia de A Coruña, donde nos aguardan cinco ciudades con las puertas abiertas. ¿A qué esperamos?
A Coruña. Aquí, en Semana Santa salen hasta 12 procesiones, entre el 22 de marzo, la de la Virgen de los Dolores, y el 31, la de Jesús resucitado y la de Nuestra Señora de la Esperanza. Además de procesiones, la ciudad tiene una amplia oferta de cosas que ver, que hacer, que comprar, que comer, que vivir… en resumen, que disfrutar durante la semana. Por ejemplo: caminar respirando el mar por el paseo marítimo, subir a la Torre de Hércules, Patrimonio de la Humanidad, contemplar las vistas desde el monte de San Pedro, de donde podemos bajar en una bola que es un ascensor, conocer la Ciudad Vieja, el Castillo de San Antón… También es buena ocasión para visitar los museos científicos coruñeses y el MUNCYT, que en estas fechas ofrece una programación especial. Y no olvidemos el Museo de Bellas Artes, y toda la programación de obras, conciertos y exposiciones en la ciudad en marzo. Y, por supuesto, la personalidad de A Coruña, siempre abierta a la diversión.
Ferrol. La Semana Santa de Ferrol es cosa seria. La tradición viene del siglo XVIII y, desde 2014, es Fiesta de Interés Turístico Internacional, de modo que ambiente no va a faltar. Hay 5 cofradías encargadas de organizar hasta 24 procesiones, que se suceden desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección. Este año, la novedad es la salida de la Cofradía de la Merced en Jueves Santo, que estrena un nuevo paso, obra de Ana Rey, y el traslado del Glorioso Encuentro, el Domingo de Resurrección, a la Plaza de Armas.
Ferrol son muchos ferroles en uno: el de la Semana Santa, el de la Ilustración, el del Modernismo, el de las Meninas… Podemos hacer un plan muy completo, con un repaso por la historia del puerto y de la ciudad militar (Arsenal militar, Baluarte de San Xoán, Castillo de San Felipe, Museo de la Construcción Naval, Museo Naval, Navantia, Palacio de la Capitanía); la arquitectura del Barrio da Magdalena; los murales del barrio de O Canido… Y, si nos gusta el surf, haremos bien en llevar la tabla, o alquilarla, pues en primavera ya se pueden coger buenas olas en la zona en playas como Doniños, Esmelle o San Xurxo.
Santiago de Compostela. Con tanta tradición religiosa en la ciudad, la Semana Santa se deja notar. Hay 13 cofradías que organizan 17 procesiones. Las más curiosas son la de los Caladiños Descalzos, el Jueves Santo, con penitentes que arrastran cruces y cadenas, y la de los Estudiantes, el Miércoles Santo. En estas fechas, con las iglesias concurridas y decoradas, también se celebran conciertos de música sacra y antigua. Precisamente, del 24 al 31, se desarrolla el ciclo “De lugares y órganos”, con conciertos, talleres, encuentros con especialistas, visitas guiadas…
Además de todo el arte y la vida cultural que nos ofrece la capital, la primavera es una época estupenda para darse una buena caminata por el parque de la Alameda, San Domingos de Bonaval, Belvís, el paseo del Sarela o el monte Gaiás, por ejemplo.
Carballo. La capital de Bergantiños, en el norte de la Costa da Morte, es un municipio muy dinámico, cruce de caminos entre Santiago, A Coruña y Fisterra. En estas fechas, en las que por el núcleo urbano discurrirán varias procesiones, tenemos que aprovechar para visitar también el Museo de Bergantiños, el Balneario, la plaza de Galicia, la del Concello, los murales diseminados por la ciudad (recordemos que aquí se celebra el Rexenera Fest). Más hacia la naturaleza, vayamos de paseo por la orilla del Anllóns, o por alguna ruta de senderismo, como la de las Férvedas de Rus y Entrecruces, la de los Molinos de pan o la de las Sendas del mar, por el litoral de Razo-Baldaio. Para unas buenas vistas, lo mejor es subir al monte Neme, con sus galácticas lagunas, a Santa Irene do Castrillón, a A Vilela o a Santa Mariña.
Sin salir de la Costa da Morte, en Semana Santa coincide la XXXIII Muestra de Encaje de Camariñas, del 27 al 31 de marzo, excusa perfecta para desplazarnos a la zona y, de camino por la costa, visitar Buño, Malpica, Laxe, Muxía, Fisterra, con una arraigada Semana Santa… Y, ya que andamos por la zona, acerquémonos a Carnota que, entre el 28 y el 31, celebra el “Víndemo ver”, un mercado, y mucho más, dedicado este año a la pesca y procesamiento de la sardina. Hacia el interior también hay cosas interesantes: el Castillo de Vimianzo, las Torres do Allo, la Ruta del Agua de Zas…
Muros. Bajando la Costa da Morte llegamos a Muros, al norte de la ría de Muros e Noia, la más septentrional de las Rías Baixas. En una ciudad con tanta historia, la Semana Santa también tiene mucha tradición. En particular, el Día de la Palomita. En el Curro da Praza, el Domingo de Resurrección a las 11 de la mañana, salen las imágenes de la Magdalena, los apóstoles Pedro y Juan, y la Dolorosa, toda de negro. Pero también sale un gran globo azul. Se acerca a la Virgen, se abre, y del él sale un ángel (una niña disfrazada) que dice: “No más duelo, reina soberana, que vuestro hijo ha resucitado, aleluya” y le quita el manto negro. La actuación termina con música, suelta de palomas y de bombas, de palenque. Único en Muros
La historia de la ciudad va ligada al mar. Ya en la Edad Media era uno de los puertos más ricos de Galicia, siendo la base de su economía la sardina y, con el tiempo, la industria de la salazón y la exportación. Hoy se trabaja la pesca de altamar.
El casco histórico está muy bien conservado, es conjunto histórico artístico desde 1970, y se pueden hacer visitas guiadas. Destacan la Colegiata, el Santuario de A Virxe do Camiño, con su Cristo gótico, o el hospital de Os Lazarados, por ejemplo.
Publicado en TURISMO.GAL.